La Cuaresma y Semana Santa

Un cambio de actitud al estilo de Jesús


Para la mayoría de los cristianos la Cuaresma es un tiempo de cambio de mentalidad al estilo de Jesús. Es una etapa en la que Dios reclama una actitud de pensamiento, silencio y oración para dar signos de la liberación y la salvación de los seres humanos. Por tanto, la principal invitación es vivir el tiempo como una oportunidad de revisión y relanzamiento de lo mejor de cada persona.

Origen

Para el sacerdote David Cosca, de la Iglesia de la Divina Misericordia, la Cuaresma como bien dice la palabra significa “cuarenta”, que es el tiempo en que la Iglesia Católica recomienda preparación para “la fiesta mayor, o sea la Semana Santa”. Según Cosca, litúrgicamente es la celebración más importante de la Iglesia Católica. La Cuaresma evoca los 40 años que pasó el pueblo de Israel por el desierto para llegar a la tierra prometida, después de la liberación de la esclavitud que tuvo Egipto, llevado por la mano de Moisés. Además, recuerda los 40 días que Jesucristo estuvo en el desierto, ayunando, orando y preparándose para recibir la gran misión a través del Espíritu Santo, como parte de lo anunciado por su padre al pueblo de Dios.

Semana Santa

La Semana Santa comprende toda una semana de celebración litúrgica, que inicia con la eucaristía del Domingo de Ramos, recordando la entrada de Jesús en Jerusalén y culmina con el Domingo de Resurrección. Agregó Cosca que toda la semana es importante, sin embargo, “hay lo que se conoce como el triduo pascual, que contiene la esencia del misterio mismo de la Semana Santa, que es la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo”. Por su parte, el reverendo Walter Smith, de la Iglesia Episcopal de Panamá dijo que la Semana Santa representa un periodo de recogimiento, reflexión y preparación para el momento más importante, “la resurrección o nuevo nacimiento de Cristo”. Smith explicó que en el tiempo de Cuaresma, la Iglesia Anglicana realiza reflexiones y meditaciones profundas, además de estudios y ayunos.

Día 1. Domingo de Ramos:

La 'Entrada a Jerusalén' es el momento en que Jesús de Nazaret entró triunfalmente a Jerusalén, en medio de una multitud que lo aclamaba como Hijo de Dios. El Domingo de Ramos conmemora este hecho.

Día 2. Lunes Santo:

Este refleja el pasaje de la Unción en Betania, en casa de Lázaro, en el que su hermana María le unge con costosos perfumes.

Día 3. Martes Santo:

Jesús anticipa a sus discipulos la traición de Judas y las Negaciones de San Pedro.

Día 4. Miércoles Santo:

Judas Iscariote conspira con el Sanedrín para traicionar a Jesús por treinta monedas de plata.

Día 5. Jueves Santo:

Lavatorio de los pies. La Última Cena. Oración de Jesús en el huerto de Getsemaní. Arresto de Jesús.

Día 6. Viernes Santo:

Prisión de Jesús. Los interrogatorios de Caifás y Pilato. La flagelación. La coronación de espinas. Vía Crusis. Crucifixión de Jesús. Sepultura de Jesús.

Día 7. Sábado Santo:

Vigilia Pascual. Es un celebración que empieza a oscuras, en un lugar fuera del templo. Se enciende el Cirio Pascual e inician los actos de pastorales. Es el fin del Triduo Pascual.

Día 8. Domingo de Pascua:

Es la fiesta central del cristianismo, en la que se conmemora la resurrección de Jesús al tercer día después de haber sido crucificado. La Pascua marca el final de la Semana Santa.

Ritos

La Semana Santa para la Iglesia Católica está cargada de ritos, que comprende además de la eucaristía, el vía crucis, procesiones y dramatización de la pasión, muerte y resurrección de Cristo en vivo. Desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección hay celebraciones litúrgicas, entre las que destacan la “Misa Crismal” donde se bendicen los santos óleos, la Misa del Lavatorio de Los Pies, el Vía Crucis de Viernes Santo, la Adoración de la Santa Cruz, las procesión de los hombres, el Santo Entierro, la procesión de las mujeres, la Vigilia Pascual y la Misa de Cristo Resucitado. En la Iglesia Episcopal la Semana Mayor comienza el Domingo de Ramos, y después de esta ceremonia el clero realiza un retiro y preparación desde la noche del lunes y el día martes se preparan para renovar sus votos bendiciendo los óleos de las unciones y sanaciones que se utilizarán todo el año. Además, desde el día jueves, viernes y sábado se dedican al triduo pascual que los prepara para recibir el Domingo de Resurrección, la “Pascua Florida” o “Easter” como también se conoce. Smith dijo que hay quienes le dan mucha importancia al Cristo crucificado, pero para ellos “lo más grande es el resucitado, cuando ya su sacrificio tiene sentido”.

Otras iglesias cristianas

Por su parte, los Testigos de Jehová recuerdan la muerte de Cristo de una manera distinta a los católicos. En lugar del Viernes Santo cuando los católicos centran la liturgia en la Pasión y Muerte de Cristo, los Testigos de Jehová realizan la celebración anual de La Cena del Señor, que este año se llevó a cabo el miércoles 23 de marzo. En el Salón del Reino de Los Testigos de Jehová, ubicado en Calle Octava, Bello Horizonte en Juan Díaz, unos 165 miembros se congregaron durante una hora, donde Gonzalo Cornejo ofreció a los presentes detalles de la conmemoración.

El tema del discurso fue: “Demostraremos gratitud por lo que Cristo ha hecho por nosotros. Además se cantó una canción de inicio llamada “Una posesión especial”. Posteriormente se leyeron varias interrogantes a las que se le iba dando respuesta con la lectura de los capítulos y versículos de diferentes libros de La Biblia, método muy didáctico para difundir el mensaje central de este sacrificio.

¿Por qué eligieron el miércoles y no Viernes Santo?

Los creyentes en esta religión aseguran que la fecha correspondiente para realizar la conmemoración y los más grandes honores a Jesús debe ser el día 14 del mes Nisan, del calendario judío bíblico. Ese día este año fue el 23 de marzo, que cayó miércoles pero en otro año podría ser jueves, viernes o cualquier otro día de la semana, es decir la fecha es movible mientras que para los católicos siempre la liturgia es un viernes. Continuando con la narración de la ceremonia, el momento cúspide de la noche fue el equivalente a la eucaristía en los católicos, los Testigos de Jehová tienen otro proceso, el pan utilizado es sin levadura, tal como según ellos lo usó Jesús, lo acompañan con una copa de vino tinto sin azúcar, hierbas o especias añadidas. Realizaron la oración de los emblemas individualmente, es decir una para el pan y otra para el vino. Un plato de cristal contenía el pan sin levadura, que es crujiente y blanco que representa el cuerpo de Cristo acompañado con una copa de vino tinto que representa su sangre. Nadie lo come sino que pasan el único plato por las manos de todos los asistentes. Lo mismo hacen con la única copa de vino tinto.

¿Por qué nadie ingiere ni el vino ni el pan?

Según la explicación de Gonzalo Cornejo, el anciano con el mayor rango de la congregación, equivalente a un pastor, indicó que nadie toma vino ni come pan porque solo los que están incluidos en el nuevo pacto con Dios, después que Jesús derramó su sangre por la humanidad, podrán hacerlo durante la conmemoración.

Los creyentes señalan que no pueden ser todos los cristianos sino los que han sido llamados de una manera especial por Dios y que se trata de aquellos que reinarán con Cristo en el cielo. Es decir comerán y beberán a la mesa con Cristo pero en su reino celestial no en la tierra. Sustentan sus explicaciones con los libros Hebreos 8:10-13, Hebreos 9:15; Lucas 22:20, Lucas 22:28-30 y otros. La conmemoración concluyó con el cántico: “Gracias por el rescate” y luego una oración después de la cual se saludaron todos muy cordialmente.